viernes, 14 de mayo de 2010

Imitar es limitar, del militar delimitar ...

Te Quito el Ecuador
de la mirada, claro.
Te cuadro el quite,
del mirado... aclaro.
De la mirada clara tu capricornio es un signo
y tu capricornio de miga declara un sismo.
Dos meses,
un asado por día
y setecientos trece abrazos
desparramados entre mis cuatro hermanos.
Sentencia de familia,
cadena perpetua,
las rejas del paraíso.
El limbo tiene o tendrá gusto a chicle de frutilla.
Las majas se olvidaron del negociado de la nafta.
La lujuria es el mejor combustible
para motores eructados con desprecio.
En subida todo gas tiene valor
pero que no decaiga.
En la ilusión del norte, todo es sur.
En el mareo de la mar, todo río es turbio.
Rosalía Camardella llora
en el estrecho de su hambre amapolada.
Una flor a deborado la carne de su inocencia.
Para explicarnos la diferencia entre el mordisco y la luna
nos ofreció sobre el pasto una merienda.
Vaciando de la canasta de mimbre un repertorio como de helechos
los hechos se irían llenando.
Llenos de nada, los hechos se irían llenando.
Los hechos se irían y los desechos nos quedarían.
Irrumpió el trovador, bajo la ola húmeda de una conversación:
"de nada sirven las conservas!".
Gustaba mostrar la guadaña a los críos,
como una parca de cera negra.
Guadaña que no daña,
temores que aparcan velas.
Lanzó los dados al blanco y a la gitana leyéndole las manos le dijo:
"te queda un sólo disparo".
Y en los labios gitanos surgió un grosor de fruta
boca que luce merluza, sabe a cenicero y dice mentiras espesas.
Lorenzo Victorio Silingo, trovador y trovado
violador de una década de descaro.
Como un bichito de luz que irrumpe en la oscuridad para justificarla.
Porque todo es gracias a nada.
Por qué todo es gracias a nada?.
Porque todo nada puede ser desgraciado,
porque nada es la gracia de todo,
porque todo será de gracia y dejará nada para el resto.
En el bosquejo de una metáfora nace una aurora en suspensión.
Necio el aura que nace y suspende la queja
del bosque que lo parió.
Y así rezó el trovador ante los gajos de su tumba,
voz que jode me aflora hace una hora en su pensión.
cantó tres botellas de vino tinto,
lloró tres tardes desoladas.
Aflorole luego una fauna en el hospital de su conciencia.
Los científicos anuncian el desvarío natural de su presencia.
Un buto es un necio en estado natural,
y no hay estado sin un bruto naturalmente necio.
Lorenzo Victorio supo
que izando la bandera no hizo la patria.
Sólo así nació en el aire su noción de nación antes tela.
Esquela de la patria, celeste y pampa,
a orillas de albóndigas zen ,
donde nuestros panes tostaron
y rebanaron sus soles de trigo y sal.
Mientras la ola se suicidaba tirándose a sí misma, cayéndose del mar.
Nunca falta una orilla donde enterrarla
ni arena para tapar la descomposición del océano que búsca escapar de sí
y convertirse en brisa antes de regresar.
Y el pulpo bajo el paraguas también puede ser hombre
porque el paraguas bajo el pulpo también podrá ser buen florero
en la mesa de la discordia humana.
La gitano lo dijo todo, y cayó de sus manos.
A muerto viéndose ahogada.
Doña Rosalia Camardella,
una de tantas ballenas muertas entre cardúmenes
en gracias de nada.
Y ya no hay de qué.

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